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martes, 13 de noviembre de 2012


LA SONRISA


Se ha escrito mucho acerca de las neuronas en espejo y la investigación en esta área nos sorprende cada día. Sabemos que, cuando vemos a alguien realizando algo, generalmente el 10% de las neuronas de la corteza prefrontal se activan, es decir, como si hiciéramos lo que hace el otro pero a nivel imaginario –Lo hacemos pero no lo hacemos-.
 Es obligatorio en este momento definir algo complejo: que es real?, el lenguaje me es insuficiente para definir lo que no lo es. Considerando lo anterior, podemos preguntarnos muchas cosas como por ejemplo, que efecto tiene la gente que observo cada día, lo que escucho de quienes son cercanos y de los extraños , las expresiones que llenan mi día, los medios de comunicación, los amigos, etc.


En esta ocasión, solamente me voy a centrar en la sonrisa: esa agradable gesticulación compleja que aparece en los buenos momentos, de satisfacción, de buenas noticias, logros, aceptación y que, en el mundo moderno, ejercemos con menos frecuencia. Conjugar el verbo “sonreír” y ejecutarlo, tiene mas implicaciones que las que imaginamos: por ejemplo, forzar una sonrisa ha demostrado activar las mismas zonas que la acción verdadera –sonreímos por dentro, tal vez- Lo mismo ocurre con otras acciones humanas, imaginarlo, de acuerdo a nuestra perspectiva o  psique, puede ser maravilloso o monstruoso.


Se han realizado investigaciones importantes acerca de los elementos anatómicos necesarios para sonreír: mandíbulas y dientes, lo cual posiciona a este acto un carácter evidentemente evolutivo. De lo anterior, podemos preguntarnos: para que sirve la sonrisa?. En primer plano podemos considerarla como una señal social que comunica a los otros, que estamos bien y receptivos para facilitar otro proceso interesante: el lenguaje; invitamos, con la sonrisa, a comunicarnos; señal no verbal que invita a una verbal más concreta. En los primates, “enseñar los dientes” podría ser un acto que precede un ataque, siempre y cuando se acompañe de otros elementos de gesticulación de violencia, de la misma forma como ocurre en los seres humanos, lo importante es el contexto y el resto de la expresión gesticuladora que le acompañan. Una de las preguntas que deberíamos hacer con mas frecuencia los Psiquiatras a los pacientes es: que le hace a usted sonreír y con que frecuencia lo consigue? Naturalmente reírse solo no tiene nada de malo, hacerlo con otros elementos de conducta bizarra o incoherente, podría hacernos sospechar que algo no anda bien: sonreír a carcajadas en un funeral, por razones obvias, es una conducta desproporcionada que requiere investigación sociocultural y del estado mental de quien lo ejerce.


En diversas pinturas, se han dibujado sonrisas, algunas de ellas de carácter misterioso como la de la Mona Lisa que se desliza entre una que es real y otra que se guarda en el imaginario del espectador: podemos pensar que darle el significado que nos agrada, también puede influenciar a quien nos observa.

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Imágenes

1.Imágen de Resonancia Magnética de la Corteza Prefrontal
2.Fotografía de mujer gesticulando con un Chimpanzee
3.Fotografia de la sonrisa de Carlota y Arturo Morlet
4.La sonrisa de Lisa Gherardini (La Gioconda) obra de Leonardo da Vinci, Museo del Louvre, de París.
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EL ENCANTO DE VOLAR
(طيران , 飛 , flyve , μύγα , לעוף , repül  , 飛ぶ , 날다 , fly , latać , летать , flyga , uçma)

Representado en todas las culturas y en todos los tiempos, los hombres alados permanecen como una constante y un icono en la memoria e inconsciente colectivo. En la literatura mundial existen descripciones de esta interesante imaginación y la hemos sustituido en esa borrosa patria de los muertos durante el sueño. Hemos inventado aparatos alados para recorrer el firmamento, desde los mas simples, hasta los complejos con tecnología de vanguardia. Volar, para un ser humano, es de cierta forma es transgredir la realidad, ir mas allá de lo permitido por nuestra estructura, separaronos de la tierra, hacer una función mágica, como de ángel, como de algún Dios. En mi práctica como Psiquiatra, he escuchado muchas veces los sueños alados de mis pacientes con esa expresión de asombro, como de niño que descubre algo por primera vez, pero con misterio. En el lenguaje cotidiano usamos la palabra volar, en sus diferentes inflexiones, para describir estados mentales particulares agradables, momentos de distracción y hasta un destino inevitable para el que vuela en a tierra como "llegar a las nubes". Asimismo algunos hacen analogías del uso de algunas drogas con la acción y efecto de volar.
Visionarios como Leonardo da Vinci, ya dibujaban modelos alados que no distaron mucho de la construcción moderna de las estructuras que vuelan: el soñaba con volar y lo hizo, pero de maneras diferentes.
Los empíricos que interpretan los sueños creen que volar significa buen presagio, buena suerte, deseos de encontrar cosas nuevas. Asimismo lo asocian con la abundancia y la felicidad, con la fantasía, con el deseo de alcanzar metas. Al margen de las creencias populares, no se puede negar su característica mágica y asombrosa, su encanto y sensación de libertad.
El escultor y pintor Mexicano Jorge Marín, ha dedicado gran parte de su obra a representar al hombre alado alrededor del mundo y con gran éxito, tal vez por lo que ese símbolo representa muchas cosas para muchos.


El poeta Chileno Pabo Neruda lo describió de esta manera en "El Vuelo":

El alto vuelo sigo
con mis manos:
honor del cielo, el pájaro
atraviesa
la transparencia, sin manchar el día.

Cruza el oeste palpitando y sube
por cada grada hasta el desnudo azul
todo el cielo es su torre
y limpia el mundo con su movimiento.

Aunque el ave violenta
busque sangre en la rosa del espacio
aquí está su estructura:
flecha y flor es el pájaro en su vuelo
y en la luz se reúnen
sus alas con el aire y la pureza.

¡Oh plumas destinadas
no al árbol, ni a la hierba, ni al
combate,
ni a la atroz superficie,
ni al taller sudoroso,
sino a la dirección y a la conquista
de un fruto transparente!

El baile de la altura
con los trajes nevados
de la gaviota, del petrel, celebro,
como si yo estuviera
perpetuamente entre los invitados:
tomo parte
en la velocidad y en el reposo,
en la pausa y la prisa de la nieve.

Y lo que vuela en mí se manifiesta
en la ecuación errante de sus alas.

¡Oh viento junto al férreo
vuelo del cóndor negro, por la bruma!
Silbante viento que traspuso el héroe
y su degolladora cimitarra:
tú guardas el contacto
del duro vuelo como una armadura
y en el cielo repites su amenaza
hasta que todo vuelve a ser azul.

Vuelo de la saeta
que es la misión de cada golondrina,
vuelo del ruiseñor con su sonata
y de la cacatúa y su atavío!

Vuelan en un cristal los colibríes
conmoviendo esmeraldas encendidas
y la perdiz sacude
el alma verde
de la menta volando en el rocío.

Yo que aprendía volar, con cada vuelo
de profesores puros
en el bosque, en el mar, en las
quebradas,
de espaldas en la arena
o en los sueños.
me quedé aquí, amarrado
a las raíces,
a la madre magnética, a la tierra,
mintiéndome a mí mismo
y volando
solo dentro de mí,
solo y a oscuras.

Muere la planta y otra vez se entierra,
vuelven los pies del hombre al
territorio,
sólo las alas huyen de la muerte.

El mundo es una esfera de cristal,
el hombre anda perdido si no vuela
no puede comprender la transparencia.

Por eso yo profeso
la claridad que nunca se detuvo
y aprendí de las aves
la sedienta esperanza,
la certidumbre y la verdad del vuelo.
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Imágenes:

1. Diseño de un avión, siglo XV, Leonardo da Vinci
2. Escultura de Hombre alado de Jorge Marín
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viernes, 9 de noviembre de 2012


Mujer en la ventana (1822), pintura del Romanticismo 
Alemán por Caspar David Friedrich ( 1774-1840 )                                                                 

jueves, 8 de noviembre de 2012


LA CAIDA DEL MURO DE BERLIN O LA EFEMÉRIDES DE UN DÍA COMO HOY ( 9 DE NOVIEMBRE DE 1989). 






Fue uno de los símbolos más conocidos de la Guerra Fría y de la separación de Alemania. El muro de Berlín o “Antifaschistischer Schutzwall”  llamado en occidente como “el muro de la vergüenza”, separó a la República Federal Alemana de la República Democrática , además de otros misterios políticos e ideológicos. Nada menos que la geografía de 45 kilómetros que dividía el corazón de Berlín en dos, el corazón de algunos romances en cuatro y la libertad en varias fracciones. El Político y comunista Alemán Walter Ulbricht, declaró a la prensa, por la inminente construcción del muro, lo siguiente: No conozco la existencia de tales motivaciones, pues los obreros de la construcción de la capital emplean todas sus fuerzas principalmente en la construcción de casas. ¡Nadie tiene la intención de erigir un muro!. (Mir ist nicht bekannt, dass eine solche Absicht besteht. Die Bauarbeiter unserer Hauptstadt beschäftigen sich hauptsächlich mit Wohnungsbau, und ihre Arbeitskraft wird dafür voll eingesetzt. Niemand hat die Absicht, eine Mauer zu errichten).



Antes de ser derribado el muro estaba conformado de la siguiente manera:

   41,91 km de muro de una altura de 3,60 m.
   58,95 km de muro prefabricado de una altura de 3,40 m.
   68,42 km de alambre de espino con una altura de 2,90 m.
   161 km de calles iluminadas.
   113,85 km de vallas.
   186 torres de vigilancia.
   31 puestos de control.

Dividir nos hace pensar en alejar cosas, ideas o emociones : nostalgia de no estar cerca, de poder comparar, de considerar diferencias. Desde que somos niños separamos tantas cosas como ideas, estrellas, emociones, colores, figuras significativas, héroes, el bien y mal, tu y yo, ellos, los otros. Siempre hemos escrito nuestra historia con tinta negra o roja: hemos comparado y dividido.



La circunstancia del muro, indudablemente dramática, nos invita a una reflexión personal: que estamos o hemos dividido en nuestra biografía?, quienes están de un lado?, quienes del otro?, cuánto ganamos o perdemos por dividir?. Las células de manera ordenada favorecen el crecimiento o, de manera desordenada producen enfermedades diversas que van desde el resfriado común hasta el cáncer, que no es mas que, simplemente, el crecimiento celular desproporcionado. Lo anterior hace pensar que, lo mas inteligente es saber cuando dividir y cuando unir, tarea que sin exagerar, hace la diferencia entre vivir y morir como una metáfora.


         Pintura: "Les Fuilles Mortes" Remedios Varo

Históricamente y por razones biológicamente determinadas dividimos, de hecho por eso crecemos  en masa corporal y, hablando de eficiencia cerebral, de conexiones que tienen cada una funciones diferentes. Naturalmente es necesario que la naturaleza divida, lo cual permite la evolución pero, con la dirección equivocada puede ser algo letal. Esto nos hace pensar en que el tiempo de cada evento es importante, especialmente encontrarlo, saber cuando debe permanecer o  cuando separarlo: cuando sujetar algo o a alguien y cuando dejarlo ir.




"Lo importante es saber si uno es el que sueña o dos que se están soñando" J.L. Borgues
Fragmento del libro "25 de Agosto de 1983 y otros cuentos"























jueves, 28 de junio de 2012


FRANCISCO HERNÁNDEZ “EL PREGUNTADOR”




Dr.Arturo Morlet Barjau


Francisco Hernández nació en Puebla de Montalbán en 1517 y murió en Madrid en 1587, de tal manera que superó la esperanza de vida, en aquellas épocas donde la medicina iniciaba la investigación de algunos problemas de salud que ahora se resuelven con facilidad. Este personaje era Médico, a la manera empírica y usanza de la época y, además,  estudio botánica. Sirvió en el Hospital y Monasterio de Guadalupe y en el Hospital Mendoza, de Toledo y, a partir de 1567 fue Médico de cámara de Felipe II quien le nombró “protomédico general de las Indias, islas y tierra firme del mar océano”. Los indígenas Mexicanos le llamaban “El preguntador” a aquel hombre barbado que indagaba sobre las propiedades de las plantas nativas del nuevo mundo. 



Este singular Médico se dedicó a recorrer, durante aproximadamente 7 años, gran parte de la entonces llamada “Nueva España” en compañía de su hijo; se le puede imaginar caminar con lentitud y observando detenidamente cada uno de los maravillosos ejemplares de plantas extrañas para el y preguntando sobre sus propiedades: el acto mismo, aunque no reconocido en los escritos Españoles, denotaba una gran admiración y curiosidad por alternativas curativas herbolarias: un poco de ciencia y magia en este acto. Francisco Hernández había sido comisionado, nada menos que investigar por su cuenta y preguntar a los indígenas sobre diferentes plantas con propiedades diversas, para preparar un informe detallado de los elementos curativos. Tres pintores indígenas, tlacuilos, le ayudaron  en esta gran empresa que se tradujo en los más de dos mil ejemplares clasificados. Ellos fueron los bautizados como Antón, Baltazar Elías y Pedro Vázquez, quienes plasmaban en papel todo aquello que le interesaba al “preguntador”.
         Es posible que el mismo Francisco Hernández haya experimentado con alguna de estas plantas, tal vez con cierto miedo; a lo largo de la historia de la medicina, muchos investigadores han sido sus propios conejillos de indias en el proceso de investigación de alguna sustancia: algunos de ellos con un desenlace desfavorable, cobrando un gran precio su curiosidad científica. Posiblemente, una de las experiencias que entusiasmaron a Francisco Hernández para tal aventura científica, se relaciono  con su visita, acompañado nada menos que por Felipe II, al antiguo cenobio del siglo XVI de la orden Jerónima “Sant Jeroni de la Murtra” en Barcelona, España. Este interesante Monasterio contaba con botica propia, jardín botánico y una gran biblioteca con títulos de farmacia.
Hernández pertenece a las primeras generaciones de médicos españoles que conocieron, traducidos al latín, los tratados de medicina de Hipócrates, de Galeno y de Avicen, los tres clásicos de la antigüedad cuyas ideas sobre la salud y la enfermedad volvieron a prevalecer en la práctica médica de la Europa del renacimiento. Como médico, Hernández adquirió fama por su habilidad y conocimientos practicando la medicina en diversas ciudades de España: Toledo, Sevilla, Granada y Guadalupe, donde existen registros de su estancia. Por cartas y escritos de sus contemporáneos se sabe que gustaba de colectar  y clasificar plantas.  Esto le permitió adquirir muchos conocimientos sobre la flora medicinal de su tierra y poner en práctica lo aprendido en “La Historia natural”, escrita por Cayo Plinio (23-79 d.C.).  De esta obra Hernández  hizo la traducción al castellano.
Vivió en Sevilla, donde se casó con Juana Díaz de Paniagua, con la que tuvo a Juan (quien le acompañara en su viaje) y a María. De Sevilla fue al monasterio de Guadalupe como médico. Poco tiempo después fue a Toledo para hacerse cargo de los hombres más famosos de la época. Sin duda, sus conocimientos sobre las plantas y sus propiedades curativas hicieron que Felipe II lo seleccionara para viajar al Nuevo Mundo.



De 1570 a a1577 Francisco Hernández vivió en el Nuevo Continente cumpliendo fielmente la labor que le encomendó. En 1587, diez años después de su regreso, murió este científico renacentista, tras haber luchado en la corte por defender su trabajo. Hernández es considerado como el primer europeo que realizó una expedición científica a tierras americanas. El viaje del protomédico tuvo, además de la vertiente científica, una causa comercial y de poder. El gobierno español sabía que su comercio con el resto de Europa y la supervivencia del poder de su imperio dependían de la explotación de todos los productos de las nuevas tierras. Una vez terminada la fase de conquista y, habiendo logrado una estabilidad política y social, esta tarea resultaba más fácil.
Esta expedición científico-comercial, nos indica Xavier Lozoya, “marcó el inicio de un complejo proceso de introducción de la ciencia española en México, que modificó a indígenas y españoles por igual. Cuatro mil años de contacto con la naturaleza habían forjado el conocimiento indígena americano sobre la flora y fauna de sus territorios. Los titici eran los médico indígenas que se encargaban de proporcionar los remedios para todos los males.  Seguramente Hernández tuvo mucho contacto con ellos.
Fue un viaje difícil, como se lo relata a su amigo Benito Arias Montano en una carta escrita en los últimos años de su vida y en la que se refleja su desengaño ante el trato que sufrió su obra. Algunos fragmentos de la carta dicen: “Guiados por los altos luminares del cielo, (re) corrimos toda la Nueva España, sus ríos y montes, ciudades y pueblos. Callaré las penosas fatigas que por largos siete años sufriera ya en la vejez, sin la sangre ardorosa de mi juventud, cruzando dos veces el piélago (océano), peregrino por tierras ignotas en extraños climas, sin comer el pan que  solía, y abrevando la sed muchas veces en aguas impuras. No hablaré (de) los calores ardientes y los fríos intensos contra los que no valen recursos de la humana industria o de las boscosas alturas, de las selvas hostiles, de los ríos, lagunas y lagos y de los temibles pantanos inmensos”.  En esta misma carta habla de su desconfianza hacia los intérpretes y nativos y de los obstáculos que le pusieron los poderosos. Además de las veces que puso en peligro su vida probando los efectos de las plantas.

El viaje

Francisco Hernández ha legado a la humanidad la savia de su espíritu renacentista. Aunque, lamentablemente, se ha perdido gran parte. A la corte impresionó su hazaña por la tenacidad de su esfuerzo y la claridad de su trabajo. Pero, al parecer, los planes reales no eran los de dar a conocer la obra de Hernández, que engalanaba la alcoba del rey. Aquellos dibujos de aves y plantas exótica belleza resaltaban en los muros de El Escorial. Una vez conocida la copiosísima información, surgieron dificultades para su edición e impresión. El rey ordenó la obra y el manuscrito pasó de mano en mano, de proyecto en proyecto, hasta que quedó olvidado.


A la muerte de Hernández, Felipe II comisionó al médico Nardo Antonio Reccho para que hiciera un compendio de los manuscritos, pero el resumen no correspondió a los deseos del rey ni a la calidad de los trabajos originales, pues omitió cuanto le parecía ajeno a la medicina y no trató el material perteneciente a la historia natural de las islas Filipinas (islas que llevan este nombre en honor a Felipe II). Este trabajo fue comprado por Federico Cesi, quien lo editó en Roma en 1628, con el título de “Rerum medicarum Novae Hispaniae thesaurus”. En 1648 Juan Terencio y Linceo Fabio Columna hicieron otra impresión: “Nova platorum, animalium et mineralium mexicanorum historia a Francisco Hernández in indis primum compilata, deinde a Nardo Antonio Reccho in volumen digesta”.  El 17 de julio de 1671 se incendió El Escorial y en él se perdieron una gran parte de los manuscritos de Hernández y con ello la posibilidad  de lograr una compilación más fidedigna y completa. Sin embargo, el doctor Casimiro Gómez Ortega, ayudándose de las compilaciones anteriores y de nuevos materiales localizados en el Colegio Imperial de los Jesuitas de Madrid, publicó en 1790 “Francisci Hernandi, medici atque historici Philippi II, hispan  et indiar.  Regis, et totius novi orbis archiatri. Opera, cum edita, tum medita, ad autobiographi fidem et jusu regio”.
Un proemio inédito de Hernández dirigido a Felipe II, la descripción de varias plantas de la India Oriental e Islas Filipinas y los “Cuatro libros  de la naturaleza y virtudes de las plantas y animales que están recibidos en uso de medicina en al Nueva España”, publicados en México en 1615 por fray Francisco Jiménez, constituyen un Epítome en castellano de la obra principal hernandiana. Su labor también inspiró a otros hombres sensibles al mundo indígena como Bernardino de Sahagún (1499?-1590), Gregorio López (1542-1596), Juan de Barrios (1563-¿), Agustín Farfán (1532-1604), entre otros.
No existen dudas acerca de el gran valor que el conocimiento, en diferentes áreas, fue desarrollado por los indígenas Mexicanos. Desafortunadamente mucha información, por cuestiones de la conquista y políticos que imperaban en esa época, fueron destruidos sin piedad y con ello el conocimiento ancestral de nuestros antepasados. Por citar un ejemplo, los valiosos códices prehispánicos, eran documentos, grabados e imágenes que fueron destruidos en diferentes momentos en Mérida Yucatán en el año de 1562 (el acto de fe de Maní) donde se incineraron diversos códices, documentos, imágenes sagradas y de culto. Landa estableció un tribunal inquisitorial en el poblado Maya de Maní que fue iniciado por Diego de Landa con el objetivo de poner fin a la religión de nuestros indígenas y el culto a sus antiguas divinidades. El plan fracaso entonces –actualmente es exitoso- aunque el proceso estuvo lleno de lagrimas y sangre, tal vez una de las partes tristes e inevitables del conquistado.

Sin duda “el preguntador”, este médico, naturalista y expedicionario, fue un hombre de síntesis, como la época en que vivió. Expurgó en el pasado y extractó de la antigüedad clásica los conocimientos de la medicina. Con el mismo espíritu científico renacentista se aventuró a cruzar el Océano con sus misterios y enfrentarse a ese Nuevo Mundo: seres humanos de costumbres y lenguajes diferentes a los suyos; plantas y animales, también diferentes, con un universo nuevo que mostrarle. Fue sin duda para el,  un viaje difícil, como se lo relata a su amigo Benito Arias Montano en una carta escrita en los últimos años de su vida y en la que se refleja su desengaño ante el trato que sufrió su obra. Relata episodios de desconfianza de sus mismos traductores indígenas así como de las grandes inclemencias del tiempo, el calor extremo y los insectos. En esta carta se queja, con razón, de tan cansada tarea a un hombre que no se encontraba en sus mejores anos de juventud pero que seguramente estaba motivado por su ego o narcisismo profesional.
Los titici eran los médico indígenas que se encargaban de proporcionar los remedios para todos los males.  Seguramente Hernández tuvo mucho contacto con ellos.
Francisco Hernández ha legado a la humanidad la savia de su espíritu renacentista. Aunque, lamentablemente, se ha perdido gran parte. A la corte impresionó su hazaña por la tenacidad de su esfuerzo y la claridad de su trabajo. Pero, al parecer, los planes reales no eran los de dar a conocer la obra de Hernández, que engalanaba la alcoba del rey. Aquellos dibujos de aves y plantas exótica belleza resaltaban en los muros de El Escorial. Una vez conocida la copiosísima información, surgieron dificultades para su edición e impresión. El rey ordenó la obra y el manuscrito pasó de mano en mano, de proyecto en proyecto, hasta que quedó olvidado 
La maravillosa obra de Francisco Hernández quedó inmortalizada con el nombre de "Quatro libros de la Naturaeza y virtudes de las Plantas...." traducido del Latín por Francisco Ximenez en 1615 y reeditada dos veces en 1888 en la Ciudad de México y en Morelia Michoacán por el Dr. Nicolós Len.





Solo aquel que se ha ido es lo que nos pertenece. JORGE LUIS BORGES 1899-1986. Escritor Argentino


Figura 1.Grabado Indígena de Francisco Hernández
Figura 2.Primer mapamundi de América: Universalis Cosmographia (1507)
Figura 3.La Victoria, primer Barco en darle la vuelta al Mundo  (1519-1522)
Figura 4.Capsicum frutescens (Plantas del Nuevo Mundo)
Figura 5.Imágen de la portada de "Quatro Libros de la Naturaleza y virtudes.."
por el Dr.Francisco Hernândez.




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