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viernes, 19 de junio de 2015

FRANCISCO HERNÁNDEZ “EL PREGUNTADOR”




Dr.Arturo Morlet Barjau


Francisco Hernández nació en Puebla de Montalbán en 1517 y murió en Madrid en 1587, de tal manera que superó la esperanza de vida, en aquellas épocas donde la medicina iniciaba la investigación de algunos problemas de salud que ahora se resuelven con facilidad. Este personaje era Médico, a la manera empírica y usanza de la época y, además,  estudio botánica. Sirvió en el Hospital y Monasterio de Guadalupe y en el Hospital Mendoza, de Toledo y, a partir de 1567 fue Médico de cámara de Felipe II quien le nombró “protomédico general de las Indias, islas y tierra firme del mar océano”. Los indígenas Mexicanos le llamaban “El preguntador” a aquel hombre barbado que indagaba sobre las propiedades de las plantas nativas del nuevo mundo. 



Este singular Médico se dedicó a recorrer, durante aproximadamente 7 años, gran parte de la entonces llamada “Nueva España” en compañía de su hijo; se le puede imaginar caminar con lentitud y observando detenidamente cada uno de los maravillosos ejemplares de plantas extrañas para el y preguntando sobre sus propiedades: el acto mismo, aunque no reconocido en los escritos Españoles, denotaba una gran admiración y curiosidad por alternativas curativas herbolarias: un poco de ciencia y magia en este acto. Francisco Hernández había sido comisionado, nada menos que investigar por su cuenta y preguntar a los indígenas sobre diferentes plantas con propiedades diversas, para preparar un informe detallado de los elementos curativos. Tres pintores indígenas, tlacuilos, le ayudaron  en esta gran empresa que se tradujo en los más de dos mil ejemplares clasificados. Ellos fueron los bautizados como Antón, Baltazar Elías y Pedro Vázquez, quienes plasmaban en papel todo aquello que le interesaba al “preguntador”.
         Es posible que el mismo Francisco Hernández haya experimentado con alguna de estas plantas, tal vez con cierto miedo; a lo largo de la historia de la medicina, muchos investigadores han sido sus propios conejillos de indias en el proceso de investigación de alguna sustancia: algunos de ellos con un desenlace desfavorable, cobrando un gran precio su curiosidad científica. Posiblemente, una de las experiencias que entusiasmaron a Francisco Hernández para tal aventura científica, se relaciono  con su visita, acompañado nada menos que por Felipe II, al antiguo cenobio del siglo XVI de la orden Jerónima “Sant Jeroni de la Murtra” en Barcelona, España. Este interesante Monasterio contaba con botica propia, jardín botánico y una gran biblioteca con títulos de farmacia.
Hernández pertenece a las primeras generaciones de médicos españoles que conocieron, traducidos al latín, los tratados de medicina de Hipócrates, de Galeno y de Avicen, los tres clásicos de la antigüedad cuyas ideas sobre la salud y la enfermedad volvieron a prevalecer en la práctica médica de la Europa del renacimiento. Como médico, Hernández adquirió fama por su habilidad y conocimientos practicando la medicina en diversas ciudades de España: Toledo, Sevilla, Granada y Guadalupe, donde existen registros de su estancia. Por cartas y escritos de sus contemporáneos se sabe que gustaba de colectar  y clasificar plantas.  Esto le permitió adquirir muchos conocimientos sobre la flora medicinal de su tierra y poner en práctica lo aprendido en “La Historia natural”, escrita por Cayo Plinio (23-79 d.C.).  De esta obra Hernández  hizo la traducción al castellano.
Vivió en Sevilla, donde se casó con Juana Díaz de Paniagua, con la que tuvo a Juan (quien le acompañara en su viaje) y a María. De Sevilla fue al monasterio de Guadalupe como médico. Poco tiempo después fue a Toledo para hacerse cargo de los hombres más famosos de la época. Sin duda, sus conocimientos sobre las plantas y sus propiedades curativas hicieron que Felipe II lo seleccionara para viajar al Nuevo Mundo.



De 1570 a a1577 Francisco Hernández vivió en el Nuevo Continente cumpliendo fielmente la labor que le encomendó. En 1587, diez años después de su regreso, murió este científico renacentista, tras haber luchado en la corte por defender su trabajo. Hernández es considerado como el primer europeo que realizó una expedición científica a tierras americanas. El viaje del protomédico tuvo, además de la vertiente científica, una causa comercial y de poder. El gobierno español sabía que su comercio con el resto de Europa y la supervivencia del poder de su imperio dependían de la explotación de todos los productos de las nuevas tierras. Una vez terminada la fase de conquista y, habiendo logrado una estabilidad política y social, esta tarea resultaba más fácil.
Esta expedición científico-comercial, nos indica Xavier Lozoya, “marcó el inicio de un complejo proceso de introducción de la ciencia española en México, que modificó a indígenas y españoles por igual. Cuatro mil años de contacto con la naturaleza habían forjado el conocimiento indígena americano sobre la flora y fauna de sus territorios. Los titici eran los médico indígenas que se encargaban de proporcionar los remedios para todos los males.  Seguramente Hernández tuvo mucho contacto con ellos.
Fue un viaje difícil, como se lo relata a su amigo Benito Arias Montano en una carta escrita en los últimos años de su vida y en la que se refleja su desengaño ante el trato que sufrió su obra. Algunos fragmentos de la carta dicen: “Guiados por los altos luminares del cielo, (re) corrimos toda la Nueva España, sus ríos y montes, ciudades y pueblos. Callaré las penosas fatigas que por largos siete años sufriera ya en la vejez, sin la sangre ardorosa de mi juventud, cruzando dos veces el piélago (océano), peregrino por tierras ignotas en extraños climas, sin comer el pan que  solía, y abrevando la sed muchas veces en aguas impuras. No hablaré (de) los calores ardientes y los fríos intensos contra los que no valen recursos de la humana industria o de las boscosas alturas, de las selvas hostiles, de los ríos, lagunas y lagos y de los temibles pantanos inmensos”.  En esta misma carta habla de su desconfianza hacia los intérpretes y nativos y de los obstáculos que le pusieron los poderosos. Además de las veces que puso en peligro su vida probando los efectos de las plantas.

El viaje

Francisco Hernández ha legado a la humanidad la savia de su espíritu renacentista. Aunque, lamentablemente, se ha perdido gran parte. A la corte impresionó su hazaña por la tenacidad de su esfuerzo y la claridad de su trabajo. Pero, al parecer, los planes reales no eran los de dar a conocer la obra de Hernández, que engalanaba la alcoba del rey. Aquellos dibujos de aves y plantas exótica belleza resaltaban en los muros de El Escorial. Una vez conocida la copiosísima información, surgieron dificultades para su edición e impresión. El rey ordenó la obra y el manuscrito pasó de mano en mano, de proyecto en proyecto, hasta que quedó olvidado.


A la muerte de HernándezFelipe II comisionó al médico Nardo Antonio Reccho para que hiciera un compendio de los manuscritos, pero el resumen no correspondió a los deseos del rey ni a la calidad de los trabajos originales, pues omitió cuanto le parecía ajeno a la medicina y no trató el material perteneciente a la historia natural de las islas Filipinas (islas que llevan este nombre en honor a Felipe II). Este trabajo fue comprado por Federico Cesi, quien lo editó en Roma en 1628, con el título de “Rerum medicarum Novae Hispaniae thesaurus”. En 1648 Juan Terencio y Linceo Fabio Columna hicieron otra impresión: “Nova platorum, animalium et mineralium mexicanorum historia a Francisco Hernández in indis primum compilata, deinde a Nardo Antonio Reccho in volumen digesta”.  El 17 de julio de 1671 se incendió El Escorial y en él se perdieron una gran parte de los manuscritos de Hernández y con ello la posibilidad  de lograr una compilación más fidedigna y completa. Sin embargo, el doctor Casimiro Gómez Ortega, ayudándose de las compilaciones anteriores y de nuevos materiales localizados en el Colegio Imperial de los Jesuitas de Madrid, publicó en 1790 “Francisci Hernandi, medici atque historici Philippi II, hispan  et indiar.  Regis, et totius novi orbis archiatri. Opera, cum edita, tum medita, ad autobiographi fidem et jusu regio”.
Un proemio inédito de Hernández dirigido a Felipe II, la descripción de varias plantas de la India Oriental e Islas Filipinas y los “Cuatro libros  de la naturaleza y virtudes de las plantas y animales que están recibidos en uso de medicina en al Nueva España”, publicados en México en 1615 por fray Francisco Jiménez, constituyen un Epítome en castellano de la obra principal hernandiana. Su labor también inspiró a otros hombres sensibles al mundo indígena como Bernardino de Sahagún (1499?-1590), Gregorio López (1542-1596), Juan de Barrios (1563-¿), Agustín Farfán (1532-1604), entre otros.
No existen dudas acerca de el gran valor que el conocimiento, en diferentes áreas, fue desarrollado por los indígenas Mexicanos. Desafortunadamente mucha información, por cuestiones de la conquista y políticos que imperaban en esa época, fueron destruidos sin piedad y con ello el conocimiento ancestral de nuestros antepasados. Por citar un ejemplo, los valiosos códices prehispánicos, eran documentos, grabados e imágenes que fueron destruidos en diferentes momentos en Mérida Yucatán en el año de 1562 (el acto de fe de Maní) donde se incineraron diversos códices, documentos, imágenes sagradas y de culto. Landa estableció un tribunal inquisitorial en el poblado Maya de Maní que fue iniciado por Diego de Landa con el objetivo de poner fin a la religión de nuestros indígenas y el culto a sus antiguas divinidades. El plan fracaso entonces –actualmente es exitoso- aunque el proceso estuvo lleno de lagrimas y sangre, tal vez una de las partes tristes e inevitables del conquistado.

Sin duda “el preguntador”, este médico, naturalista y expedicionario, fue un hombre de síntesis, como la época en que vivió. Expurgó en el pasado y extractó de la antigüedad clásica los conocimientos de la medicina. Con el mismo espíritu científico renacentista se aventuró a cruzar el Océano con sus misterios y enfrentarse a ese Nuevo Mundo: seres humanos de costumbres y lenguajes diferentes a los suyos; plantas y animales, también diferentes, con un universo nuevo que mostrarle. Fue sin duda para el,  un viaje difícil, como se lo relata a su amigo Benito Arias Montano en una carta escrita en los últimos años de su vida y en la que se refleja su desengaño ante el trato que sufrió su obra. Relata episodios de desconfianza de sus mismos traductores indígenas así como de las grandes inclemencias del tiempo, el calor extremo y los insectos. En esta carta se queja, con razón, de tan cansada tarea a un hombre que no se encontraba en sus mejores anos de juventud pero que seguramente estaba motivado por su ego o narcisismo profesional.
Los titici eran los médico indígenas que se encargaban de proporcionar los remedios para todos los males.  Seguramente Hernández tuvo mucho contacto con ellos.
Francisco Hernández ha legado a la humanidad la savia de su espíritu renacentista. Aunque, lamentablemente, se ha perdido gran parte. A la corte impresionó su hazaña por la tenacidad de su esfuerzo y la claridad de su trabajo. Pero, al parecer, los planes reales no eran los de dar a conocer la obra de Hernández, que engalanaba la alcoba del rey. Aquellos dibujos de aves y plantas exótica belleza resaltaban en los muros de El Escorial. Una vez conocida la copiosísima información, surgieron dificultades para su edición e impresión. El rey ordenó la obra y el manuscrito pasó de mano en mano, de proyecto en proyecto, hasta que quedó olvidado 
La maravillosa obra de Francisco Hernández quedó inmortalizada con el nombre de "Quatro libros de la Naturaeza y virtudes de las Plantas...." traducido del Latín por Francisco Ximenez en 1615 y reeditada dos veces en 1888 en la Ciudad de México y en Morelia Michoacán por el Dr. Nicolós Len.




Solo aquel que se ha ido es lo que nos pertenece. JORGE LUIS BORGES1899-1986. Escritor Argentino


Figura 1.Grabado Indígena de Francisco Hernández
Figura 2.Primer mapamundi de América: Universalis Cosmographia (1507)
Figura 3.La Victoria, primer Barco en darle la vuelta al Mundo  (1519-1522)
Figura 4.Capsicum frutescens (Plantas del Nuevo Mundo)
           Figura 5.Imágen de la portada de "Quatro Libros de la Naturaleza y virtudes.."
           por el Dr.Francisco Hernândez.

viernes, 12 de junio de 2015

AM I HAPPY???



http://psychologytoday.tests.psychtests.com/take_test.php?idRegTest=1320



雨ニモマケズ
風ニモマケズ
雪ニモ夏ノ暑サニモマケヌ
丈夫ナカラダヲモチ
慾ハナク
決シテ瞋ラズ
イツモシヅカニワラッテイル
一日ニ玄米四合ト
味噌ト少シノ野菜ヲタベ
アラユルコトヲ
ジブンヲカンジョウニ入レズニ
ヨクミキキシワカリ
ソシテワスレズ
野原ノ松ノ林ノ蔭ノ
小サナ萱ブキノ小屋ニイテ
東ニ病気ノ子供アレバ
行ツテ看病シテヤリ
西ニツカレタ母アレバ
行ツテソノ稲ノ束ヲ負ヒ
南ニ死ニソウナ人アレバ
行ツテコワガラナクテモイイトイイ
北ニケンカヤソショウガアレバ
ツマラナイカラヤメロトイイ
ヒデリノトキハナミダヲナガシ
サムサノナツハオロオロアルキ
ミンナニデクノボウトヨバレ
ホメラレモセズ
クニモサレズ
ソウイウモノニ
ワタシハナリタイ
ame ni mo makezu
kaze ni mo makezu
yuki ni mo natsu no atsusa ni mo makenu
jōbu na karada wo mochi
yoku wa naku
kesshite ikarazu
itsu mo shizuka ni waratte iru
ichi nichi ni genmai yon gō to
miso to sukoshi no yasai wo tabe
arayuru koto wo
jibun wo kanjō ni irezu ni
yoku mikiki shi wakari
soshite wasurezu
nohara no matsu no hayashi no kage no
chiisa na kayabuki no koya ni ite
higashi ni byōki no kodomo areba
itte kanbyō shite yari
nishi ni tsukareta haha areba
itte sono ine no taba wo oi
minami ni shinisō na hito areba
itte kowagaranakute mo ii to ii
kita ni kenka ya soshō ga areba
tsumaranai kara yamero to ii
hideri no toki wa namida wo nagashi
samusa no natsu wa oro-oro aruki
minna ni deku-no-bō to yobare
homerare mo sezu
ku ni mo sarezu
sō iu mono ni
watashi wa naritai
poder resistirse a la lluvia
poder resistirse al viento
poder resistirse tanto a la nieve como al calor del verano
con un tal cuerpo fuerte
sin ansias
nunca dejarse llevar por el temperamento
con una alegría tranquila
comer cada día cuatro tazas de arroz integral
miso y un poco de vegetales
en todo
pensar primero en los otros
ver, escuchar y entender
además, nunca olvidar
a la sombra de los pinos en los prados
estar en una pequeña choza con techo de paja
si hay un niño enfermo al este
asistirlo
si hay una madre exhausta al oeste
ponerse al hombro sus fajos de arroz
si hay un hombre moribundo al sur
decirle que no hay que temer
si hay una disputa o conflicto al norte
decir que no pierda su tiempo por una insignificancias
cuando hay sequía, derramar lágrimas
cuando el verano es frío, merodear perplejo
ser llamado inútil por todos
no ser alabado
no ser culpado
quisiera convertirme
en un ser vivo así
なぎさの院にてさくらを見てよめる
在原業平朝臣
よの中に絶えて桜のなかりせば
春の心はのどけらまし
Nagisa no Win ni te sakura o mite yomeru
– Ariwara no Narihira Noason
Yo no naka ni taete sakura no nakariseba
haru no kokoro wa nodokeramashi
Poema escrito al ver una flor sobre la residencia de Nagisa
– Por el ministro Ariwara no Narihira
Si en este mundo nunca hubieran existido las flores de cerezo,
la primavera me traería solo sentimientos de tranquilidad.

梅の花を折りて人におくりける
とものり
君ならで誰にかみせん梅花
色をも香をも知る人ぞ知る
Ume no hana o orite hito ni okurikeru
– Tomonori
Kimi nara de tare ni ka misemu ume no hana
Iro o mo kaori o mo shiru hito zo shiru.
Poema escrito al cortar una flor y mandársela a alguien
– Por Tomonori
Si no es a ti, a quién le podría enseñar la flor del ciruelo?
La única persona que entiende esta flor es aquella persona que entiende al mismo tiempo su forma y su aroma…

GOLDBER,S DEPRESION SCALE SCORING
Scoring:
  • 0 points Not at all
  • 1 point Just a little
  • 2 points Somewhat
  • 3 points Moderately
  • 4 points Quite a lot
  • 5 points Very much
Screening test scoring ranges:
  • 0-9 No Depression Likely
  • 10-17, Possibly Mildly Depressed
  • 18-21, Borderline Depression
  • 22-35, Mild-Moderate Depression
  • 36-53, Moderate-Severe Depression
  • 54 and up, Severely Depressed


SADNESS OR DEPRESSION????

Goldberg's Depression Scale

0 = Not at all 1 = Just a little 2 = Somewhat 3 = Moderately 4 = Quit e a lot 5 = Very much
I do things slowly.
0
1
2
3
4
5
My future seems hopeless.
0
1
2
3
4
5
It is hard for me to concentrate on reading.
0
1
2
3
4
5
The pleasure and joy has gone out of my life.
0
1
2
3
4
5
I have difficulty making decisions.
0
1
2
3
4
5
I have lost interest in aspects of life that used to be important to me.
0
1
2
3
4
5
I feel sad, blue, and unhappy.
0
1
2
3
4
5
I am agitated and keep moving around.
0
1
2
3
4
5
I feel fatigued.
0
1
2
3
4
5
It takes great effort for me to do simple things.
0
1
2
3
4
5
I feel that I am a guilty person who deserves to be punished.
0
1
2
3
4
5
I feel like a failure.
0
1
2
3
4
5
I feel lifeless - - - more dead than alive.
0
1
2
3
4
5
My sleep has been disturbed too little, too much, or broken sleep.
0
1
2
3
4
5
I spend time thinking about HOW I might kill myself.
0
1
2
3
4
5
I feel trapped or caught.
0
1
2
3
4
5
I feel depressed even when good things happen to me.
0
1
2
3
4
5
Without trying to diet, I have lost, or gained, weight.
0
1
2
3
4
5
Goldberg Depression Scale - ©1993 Dr. Ivan Goldberg - All Rights Reserved