LA PAREJA
La pareja se une para construir un vínculo propio y
funcionar según su propia organización. Winch (1972) en su teoría de
complementariedad explica que la elección de pareja se articula alrededor de
ejes bipolares complementarios, los cuales pueden ser inconscientes o
conscientes, la presencia de una característica complementaria en una persona
impulsa al otro a buscar la particularidad antagónica en su futura pareja, sin
que haya puntos de equilibrio o intermedios. Según este autor la pareja busca
en el otro lo que no tiene.
Tordjman (1989) nos habla de que existe una necesidad
por buscar afinidad en la pareja, la cual se manifiesta en forma de mecanismo
de defensa y de reafirmación a través del otro, lo que uno es. El amante
descubre en el amado una gran complementariedad, ella o él es todo lo que
hubiera deseado llegar a ser. En él encontramos una parte de nosotros mismos,
reprimida o sublimada.
El término pareja suele definirse de muchas formas,
Thibault (1972) indica que es una ecuación con dos incógnitas y para resolverla
es necesario conocer la naturaleza de las incógnitas y la relación que las une
(Money, 1980; citado en Orlandini, 1998). Refiere que amor significa pareja y
el enamoramiento es la experiencia de establecer un vínculo de pareja romántico.
Por su parte, Tordjam (1989) plantea que la pareja no es el resultado de la
suma de dos individuos que yuxtaponen sus personalidades. De hecho, constituyen
un grupo original llamado a construir un vínculo propio y a funcionar según su
propia organización. Y que cualquier grupo, aún estando reducido a dos
individuos, accede a una organización interna en la medida del pasado y, sobre
todo, de sus perspectivas de duración, aunque esto no se imagine eterno.
En cambio, Casado (1991) concibe a la pareja como la
relación entre dos personas basada en la percepción del vínculo que tienen
ambas, caracterizada por la aparición del “nosotros”, bajo la regulación social
que sea. Al respecto, Rage (1997) considera a la pareja como origen de la
familia, compuesta por dos persona completas, viviendo un proceso de madurez y
preparación para la misión que emprenderán. Deben estar conscientes de los
retos que puede depararles el mundo cambiante, así como de las dificultades
propias de cada etapa de su ciclo familiar, para poder vivir y trabajar juntos
en su propio crecimiento como personas y como pareja, en la formación de una
familia sana, funcional y con valores.
Por su parte, Orlandini (1998) la define como un
conjunto de dos personas, usualmente del sexo opuesto, que establecen un lazo
intenso y duradero, que se proveen de sexo y ternura y han decidido acompañarse
por un espacio de tiempo definido o indefinido.
Tzeng (1992) va más allá y realiza una recopilación de
algunos de los modelos teóricos más importantes desarrollados en el amplio
campo de las relaciones interpersonales. Estas teorías hacen hincapié en los
procesos que tienen lugar cuando un individuo establece, mantiene o concluye
una relación de pareja y la forma en cómo las diferencias individuales
determinan el desarrollo de sus relaciones. Algunos modelos teóricos se enfocan
en las experiencias de la infancia, así como en las primeras vivencias que
modelan la personalidad del individuo y cómo contribuyen en el desarrollo y
establecimiento de las futuras relaciones amorosas en el sujeto.
Díaz-Loving (1999, 2004) establece que actualmente ya no
se concibe a la pareja como una institución inamovible e inmutable. Antes las
parejas se constituían en función de aspectos socioeconómicos, más que como una
forma de satisfacción de necesidades de vinculación afectiva o interacción
íntima. Así, en el momento que dos personas interactúan, sus características,
manifestaciones conductuales, expectativas, emociones, actitudes, atribuciones,
formas de comunicación verbal, de metalenguaje, el contexto, las normas
particulares y el momento histórico se combinan para determinar la forma,
conducción, interpretación y conductas de interacción. Bajo estas
circunstancias, el desarrollo de cada sujeto será central para el tipo de relación
y de interpretación de la misma.
Hasta ahora, hemos mencionado distintas concepciones y
teorías acerca de la pareja, pero ¿qué factores influyen en la elección de
una pareja?
Morales (1997) menciona que las características
físicas determinan la atracción de una persona sobre la otra. La percepción
que se llega a tener, en la mayoría de los casos, media entre los primeros
encuentros para que haya o no encuentros posteriores. Las investigaciones
muestran, por ejemplo, cómo los estudiantes suelen ignorar a individuos poco
atractivos.
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|
Los hombres y mujeres tienen formas diferentes de
percibir el noviazgo, parece ser que los hombres están más preocupados por la
relación corporal y por la atracción física, tanto en él, como en su pareja;
inclinándose a aspectos de autoafirmación o seguridad, a conductas destinadas a
la ejecución y logro de metas y a lo racional o analítico. Mientras que las
mujeres tienden a dar mayor importancia a las características de orden
socioeconómico, intelectual, expresivo, a la preocupación por el bienestar de
otros y a las relaciones interpersonales afectivas (Jiménez, 2003, Pedroza,
1998 y Winch, 1958).
De acuerdo con Garduño (2002), la principal causa de
noviazgo para las mujeres es la atracción, después de la amistad, el tener
alguien con quien puedan platicar, compartir, admirar, querer y satisfacer la
necesidad de no estar sola, además de que tengan intereses en común. Para los
hombres la principal causa de noviazgo es el interés físico, la amistad, la
diversión y el gusto por la aventura.
Así, resulta interesante realizar un estudio para
identificar los factores que determinan la elección de pareja y poder
comprender de qué manera interactúan los intereses de los sujetos con los del
sexo opuesto.Además, poder contar con información sobre los factores que
influyen en la elección de pareja permitiría dar solución a la posible mala
elección de la pareja y, en la medida de lo posible, evitar las relaciones
conflictivas o las falsas ilusiones con respecto a la persona elegida, debido a
la superficialidad y al poco conocimiento acerca de nuestros propios gustos y
las características del posible prospecto, teniendo en cuenta que realmente se
necesita una relación complementaria y no una suplementaria.
Por tal motivo, el objetivo de esta investigación es
determinar si existen diferencias en los factores que influyen en la elección
de pareja entre hombres y mujeres. Nuestra hipótesis de investigación propone
que el atractivo físico es el principal factor para la elección de pareja en los
hombres, mientras que en las mujeres el factor más importante es la semejanza
con su pareja.
. . . . . . . . . . . . . . .
Método
Sujetos
Durante la investigación se trabajó
con 145 sujetos, 76 hombres y 69 mujeres, con un rango de edad de 18 a 25 años
y una media de 21.5; todos estudiantes de licenciatura en la Universidad del
Valle de México, la Universidad Nacional Autónoma de México y la UNITEC. Se
determinó una muestra de tipo no probabilístico debido a que utilizamos un
subgrupo de la población, donde la elección de los elementos no depende de la
probabilidad, sino de las características de la investigación.
Instrumento
El grupo de investigación decidió
aplicar la Prueba de Elección de Pareja COTAPI elaborada por David Alfonso
Correa Rodríguez, Alicia Tavares Hernández y Rafael Piñón Ramírez (2004), la
cual evalúa 11 factores que determinan la elección de pareja. La prueba consta
de 182 preguntas que exigen respuesta con una escala tipo Lickert con 5 puntos
y cuenta con un índice de confiabilidad Alpha de Cronbach de 0.94. Para la
estimación de la confiabilidad se trabajó con 54 sujetos, utilizando el
procedimiento test-retest para obtener la estabilidad temporal de cada uno de
los reactivos, descartando aquéllos que no reportaron correlaciones Phi
significativas. Posteriormente, se calculó la validez utilizando el
procedimiento de discriminación entre grupos contrastados, para averiguar si
los reactivos eran capaces de discriminar a los sujetos que obtuvieran
calificaciones totales altas de aquellos con calificaciones totales bajas,
calculando las puntuaciones t para cada uno de los reactivos. Una vez
calculadas las t para todos y cada uno de los reactivos, se ordenaron de
mayor a menor eliminando aquellos que obtuvieron una t con un nivel de
significancia de por lo menos 0.05. Eliminamos 5 reactivos, quedando la prueba
con un total de 182 reactivos. Los 11 factores que evalúa este instrumento se
describen a continuación:
Factor costumbre. Con base en
la teoría de los procesos oponentes, se entablan relaciones de pareja por los
actos repetidos de placer que genera la interacción con la persona (Garduño,
2002; Solomon & Corbit, 1974, citados en Tzeng, 1992).
Factor igualdad de objeto. Teoría de acercamiento. Se busca en la pareja las
características de alguien importante en nuestra vida, principalmente las
características de la madre, por ser el primer objeto de amor (Furman, Simon,
Shaffer & Bouchey 2003; Simonelli & Bastianoni 2003; Bowlby, 1969,
1973, 1980, citado en Díaz-Loving, 1999) .
Factor atractivo f ísico. Se establece la relación de pareja debido al atractivo físico
del otro (Gil-Burmann, Pelaez y Sánchez, 2003; Jiménez, 2003; Li, 2003; Storey,
2003; Urbaniak y Kilmann, 2003; Garduño, 2002; Pedroza, 1998; Morales, 1997; Winch,
1958).
Factor afiliación. Como seres
sociales, los humanos tenemos una gran necesidad de pertenencia y vinculación
con otros por medio de relaciones duraderas y cercanas, las personas pueden
buscar pareja para no estar solos, mantener la especie o compartir su vida
(Garduño 2002; Díaz-Loving 1999; Thibault ,1972).
Factor apoyo. Las personas
necesitan de alguien para seguir adelante en la vida, sentir en ella una
seguridad que les hace falta, una persona que las pueda entender, comprender,
ayudar en cosas que no pueden controlar por sí solas (Banister, Jakubec y Stein
2003; Furman, Simon, Shaffer y Bounchet 2003; Quiles, 2003).
Factor gentileza. Abordando la
paradoja del chico bueno y la chica buena, la gente tiende a buscar aquello que
se considera ideal en las personas; en el hombre, que sea: educado,
caballeroso, atento, detallista; y en la mujer que sea: tierna y cariñosa,
donde los dos tengan sentido del humor y sean románticos. Lo cual significa que
son creativos, ingeniosos y graciosos (Banister, Jakubec y Stein 2003; Jiménez,
2003; Schvaneveldt y Ingoldsby, 2003; Storey 2003; Urbaniak y Kilmann 2003;
Pedroza, 1998; Morales, 1997; Winch, 1958).
Factor semejanzas. Son las
características personales que comparten las personas, como: valores, creencias,
capacidades, actividades, gustos, características individuales (Schvaneveldt e
Ingoldsby, 2003; Quiles 2003; Banister, Jakubec y Stein, 2003; IMJ, 2003;
Díaz-Loving 1999).
Factor sociocultural, dinero. En la actualidad el valor de una persona, en algunos sectores
de la sociedad, es medido por su nivel económico o por la cantidad de bienes
que posea (Winch, 1958; Morales, 1997; Pedroza, 1998; Padilla, 2001;
Schvaneveldt e Ingoldsby, 2003; Gil-Burmann, Pelaez y Sanchez, 2003; Sundie,
2003; Li, 2003; Jiménez, 2003).
Factor sociocultural, cultura. La persona es valorada por la religión que profesa, su
educación académica o cultura que posee (Gil-Burmann, Pelaez y Sanchez, 2003;
Schvaneveldt e Ingoldsby, 2003; Quiles 2003 Padilla, 2001; Pedroza, 1998).
Factor sexo. Saber besar
bien, ser “bueno” en la cama, tener relaciones sexuales frecuentemente, estar
bien informado sobre el tema, tener una buena reputación sexual, hacen que el
sexo se convierta no solamente en el medio para satisfacer una necesidad
biológica, sino también psicológica, emocional e inclusive sentimental (Yancey,
2003; Sundie, 2003; Maner, 2003; Storey, 2003; Díaz-Loving 2002; Garduño,
2002).
Factor admiración. La admiración
provee apoyo. Así, cuando recibimos admiración o la damos, nos sentimos
notablemente apreciados, amados y reforzados en nuestro amor para con la
pareja, confirmando nuestro juicio y fortaleciendo nuestros sentimientos
amorosos (Banister, Jakubec y Stein, 2003; Quiles, 2003; Garduño 2002).
Factor novedad. Las personas
se interesan por aquellas que son originales, fuera de lo común, que gustan del
riesgo, las emociones fuertes, no caen en la rutina o resultan impredecibles
(Yancey, 2003; Garduño 2002).
Escenario
Este instrumento se aplicó en las
instalaciones de la Universidad del Valle de México, de la Universidad Nacional
Autónoma de México y de la UNITEC, en salones que cuentan con ventilación e
iluminación adecuada y espacio suficiente.
Materiales
Formatos de aplicación, formatos de
respuesta y lápices.
Procedimiento
En primer lugar se estableció un
contacto con las universidades mencionadas a fin de que se otorgara la
autorización para aplicar las evaluaciones. Posteriormente, solicitamos la
resolución de los instrumentos de manera grupal y autoaplicada, proporcionando
a cada sujeto un formato de la prueba y un lápiz, indicándoles que el objetivo
de la evaluación era conocer su punto de vista acerca de los factores que
determinan la elección de pareja. Asimismo, hicimos hincapié en que sus
respuestar serían confidenciales, no dejaran ningún reactivo sin contestar y
trataran de responder de la manera más sincera posible.
. . . . . . . . . . . . . . .
Resultados
Los datos fueron analizados utilizando la prueba de U de
Mann-Whitney, ya que este análisis permite establecer si existen diferencias
entre dos grupos de sujetos independientes (hombres vs. mujeres) cuando se
trabaja con datos con un nivel de medición ordinal. Cabe señalar que las
puntuaciones más bajas indican una mayor tendencia hacia el factor por parte de
los sujetos.
Tabla 1. Promedio de puntuaciones de cada factor por género y
análisis de diferencias
Factores
|
Hombres
N = 76
|
Mujeres
N = 69
|
Análisis
de
diferencias
|
Costumbre
|
Media = 3.24
|
Media = 3.46
|
U = 1993.5
p.=.013
|
Igualdad
|
Media = 3.55
|
Media = 3.87
|
U = 1744.5
p.=.001
|
Atractivo f ísico
|
Media = 3.29
|
Media = 3.92
|
U = 1377.5
p.=.000
|
Afiliación
|
Media = 3.29
|
Media = 4.05
|
U = 1496
p.=.000
|
Apoyo
|
Media = 2.92
|
Media = 2.70
|
U = 1967
p.=.009
|
Gentileza
|
Media = 2.51
|
Media = 2.11
|
U = 1342.5
p.=.000
|
Semejanzas
|
Media = 3.21
|
Media = 3.27
|
***
|
Sociocultural
|
Media = 3.21
|
Media = 4.10
|
U = 1807
p.=.001
|
Sexo
|
Media = 3.47
|
Media = 4.04
|
U = 1558
p.=.000
|
Admiración
|
Media = 3.17
|
Media = 3.29
|
***
|
Novedad
|
Media = 2.93
|
Media = 2.90
|
***
|
*** No son significativas
A partir del análisis se encontró que de los 11 factores
evaluados sólo en tres (semejanzas, admiración y novedad) no existe diferencias
estadísticamente significativas entre las puntuaciones de hombres y mujeres.
Por el contrario, en los ocho factores restantes se encontró que la puntuación
varía dependiendo del género (ver tabla 1).
Gráfica 1. Factores que determinan la elección de pareja en
mujeres.
En la gráfica 1 se muestran los 11 factores que
determinan la elección de pareja en mujeres. Podemos observar que los dos
factores más importantes son el de gentileza (media= 2.11) y el de apoyo
(media=2.7); y los de mayor puntaje y, por lo tanto, menor importancia son los
factores sociocultural (media= 4.1), de afiliación (media = 4.05) y sexo
(media= 4.04).
Gráfica 1. Factores que determinan la elección de pareja en
hombres.
La gráfica 2 muestra los 11 factores que determinan la
elección de pareja en hombres. Al igual que en el caso de las mujeres, el
factor más importante es el de gentileza (media= 2.51) y el menos relevante es
el factor sociocultural (media= 3.73).
. . . . . . . . . . . . . . .
Discusión
De acuerdo con los resultados podemos concluir que el
factor más importante y recurrente en la población en general es el de
gentileza, es decir, los sujetos tienden a buscar aquello considerado ideal en
las personas; en el hombre que sea: educado, caballeroso, atento, detallista; y
la mujer que sea: tierna y cariñosa, donde los dos tengan sentido del humor y
sean románticos (Banister, Jakubec y Stein 2003; Jiménez, 2003; Schvaneveldt e
Ingoldsby, 2003; Storey 2003; Urbaniak y Kilmann 2003; Pedroza, 1998; Morales,
1997; Winch, 1958).
Por otro lado, el factor menos relevante en la elección
de pareja, tanto en hombres como en mujeres es el sociocultural, que se refiere
al nivel económico de la persona o la cantidad de bienes (Winch, 1958; Morales,
1997; Pedroza, 1998; Padilla, 2001; Schvaneveldt e Ingoldsby, 2003;
Gil-Burmann, Pelaez y Sanchez, 2003; Sundie, 2003; Li, 2003; Jiménez, 2003).
A pesar de la coincidencia en la definición de los
factores más y menos importantes para hombres y mujeres, el segundo factor más
relevante para ellas es el apoyo, el cual representa la necesidad de contar con
alguien para seguir adelante en la vida, capaz de proporcionar seguridad,
comprensión y ayuda (Banister, Jakubec y Stein 2003; Furman, Simon, Shaffer y
Bounchet 2003; Quiles, 2003). Este factor de apoyo no es importante en la
elección de pareja de los hombres, ya que es el segundo factor menos relevante
en este grupo.
En cuanto a la relación de estos resultados con los de
otras investigaciones se encuentra que, efectivamente, las mujeres dan mayor
importancia a los aspectos afectivos en la elección de pareja y su elección
está determinada por una necesidad de tener a alguien con quien platicar y que
las entienda, o como lo menciona Garduño (2002), el tener a alguien para
compartir, a quien admirar y querer. Satisfacer la necesidad de no estar sola y
poseer intereses comunes.
Sin embargo, otras investigaciones reportan que los hombres
están más preocupados por la relación corporal y por la atracción física
(Jiménez, 2003; Garduño, 2002; Pedroza, 1998; Winch, 1958); lo cual no
concuerda con nuestros resultados, pues conforme a los resultados ambos grupos
no conceden importancia al factor de atractivo físico en la elección de pareja.
Estos datos son interesantes, ya que indicarían un cambio en los intereses de
los sujetos al momento de elegir pareja, atendiendo ahora a otros factores de
tipo afectivo como la gentileza y el apoyo. Una sugerencia para futuras
investigaciones sería replicar el estudio con una muestra más grande y
heterogénea, abarcando diferentes niveles socioeconómicos y rangos de edad.
Una limitación del estudio se refiere a la prueba
utilizada para evaluar los factores de elección de pareja, ya que el
instrumento está en fase de y esto puede afectar los datos obtenidos, por
tanto, se sugiere utilizar otras pruebas que midan estos aspectos o factores.
De cualquier manera los resultados indican aspectos interesantes sobre los
elementos llevan a hombres y mujeres universitarios a establecer sus relaciones
de pareja.
. . . . . . . . . . . . . . .
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