COMENTARIOS SOBRE ARTE CONTEMPORANEO
Pintora Hurí Barjau Martínez
“Antes de que se quiebre el jarrón de
barro”
Marcel Duchamp marca una nueva época en
la creatividad y lleva a la reflexión sobre el arte contemporáneo.
En diferentes grupos de artistas, se ha
mencionado que el arte se ha
vuelto un no-arte, quizá la imagen de un cielo o neblina. El no-arte, no como sustancia sino
como procedimiento, da la impresión, después de un lapso de tiempo, de obedecer las leyes naturales en la que todo
cambia, hasta transformarse de una serie de acciones y de acontecimientos a una
cosa cualquiera y seleccionada.
La pintura de
Marcel Duchamp, por ejemplo, fue fotografiada en su galería por el famoso Alfred Steglitz promotor de
vanguardia norteamericana y fotógrafo de renombre lo cual, sin duda, dio fuerza
a esta forma de expresión del pintor.
La definición que se le ha otorgado a su
obra es de “ready made”; lo cual quiere decir que solamente la mirada de el espectador,
transforma cualquier cosa en un elemento estético peculiar. Aquí subrayamos el
conocido poder que tiene la publicidad sobre diferentes maneras de expresión. Generalmente
una galería tiene público en la inauguración, como si fuera una misa ritual:
después, solo algunos visitantes esporádicos locales y curiosos sin gran
conocimiento del arte dominan el escenario.
Impera el poco compromiso político sobre
el arte en general y sobre el arte contemporáneo, lo que obedece a diversos
factores, dentro de los que destacan una visión pobre de la mayoría y la
tendencia a poner los intereses en asuntos superficiales.
De alguna manera, considerando la
filosofía de Carl Marx, podemos decir que el arte es una ideología de una práctica de relación y comunicación,
expresada, por ejemplo, con técnicas como el “collage” y “reciclaje” y
por otros medios como el publicitario y el significado del concepto.
Se ha recurrido a la búsqueda de
espacios alternativos como los lugares abandonados para la exposición del arte
contemporáneo y con ello protestar contra rígida programación de los lugares
formales. La reconstrucción del Palacio de Tokio en Paris, proporcionó
exposiciones rápidas en espacios y pasillos sin destino particular, donde se
presentaron debates e “performances”.
Aunque el agrupamiento de individuos en torno a un discurso no difiere mucho de
la aglomeración de una manifestación pacifísta, no encontramos angustia en los
espectadores porque no hay un planteamiento fundamental y el verbo comunicar
pierde su transitividad para conservar una ilusión: La ilusión de lo que no
tiene precio.
Analizando estos conceptos fragmentados
podemos pensar que, efectivamente el arte contemporáneo está vibrando en la
frecuencia de una sociedad que se distingue por la velocidad, lo efímero asi
como la falta de conciencia de lo impermanente.
Actualmente, parece que estamos a la
espera voraz de la producción industrial, de las formas simbólicas y de los bienes culturales. Con esta forma de
ver el mundo moderno, el arte se esfuma, se vuelve ese no-arte esa neblina
dispersa que, fuera de ese marco conceptual, podría ser algo majestuoso.
Finalmente, después de todo, el arte en
general retorna a su lugar de partida: la búsqueda y la reflexión, enriquecidas
ambas por su recorrido a través de la historia.
Imágenes:
1.Exhibición de Marcel Duchamp en
Munich, 1912
2.Escrito en la pared de uno de los
pasillos del metro de Londres
3.“The Terminal” Camera Work photogravure, 4 3/4" x 6 3/16
(Alfred Steglitz), 1911
4.Obra de Marcel Duchamp
4.Obra de Marcel Duchamp
4.
El Palais de Tokyo (Palacio de Tokio).
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